Jack vivía en un pequeño pueblo irlandés. Era un gran herrero pero era un borracho, malgastaba todo su dinero en bebida y juego sin preocuparse de su familia.
Una noche de Todos los Santos, Jack volvía a casa borracho cuando se sintió indispuesto y se cayó al suelo desmayado. Su hígado estaba enfermo y había fallado de tanto beber.
El Demonio se materializo delante de el para llevárselo consigo al infierno, pero Jack comprendió inmediatamente la situación y muy despierto, ideo un astuto plan para escaparse.
-Vamos Jack, ha llegado tu momento. ¡Sigueme! le dice el Demonio.
- Oh, querido Demonio, aquí me tienes. Pero... ¿puedo pedirte un ultimo deseo? me gustaría tanto una ultima copa, si tu pudieses ayudarme. Ves no tengo en el bolsillo ni siquiera un penique, si tu pudieses transformarte en una moneda un rato, yo podría comprar una botella de licor.
El Demonio quiso complacerlo y cayó en la trampa. Apenas se transformo en moneda Jack lo metió en un saquillo donde tenia un crucifijo de plata y así consiguió aprisionarlo.
-¡Dejame salir, déjame salir o te arrepentirás! gritaba el Demonio furioso.
-Te dejare salir si me concedes un año de vida mas, prometelo y seras libre. Respondió Jack.
El Demonio lo prometió y volvió enfadado al infierno, pero un año después, la noche de Todos los Santos, acudió puntual a la cita.
-Vamos Jack, ha llegado tu momento. ¡Sigueme! le dice el Demonio.
-Querido Demonio, que placer volver a verte, estoy listo pero... un ultimo deseo por favor. ¿Ves aquella reluciente manzana en lo alto de aquella rama? cuanto me gustaría comérmela, ¿me ayudas a cogerla?.
El Demonio lo complació de nuevo. Se subió sobre sus hombros y se estiro todo lo que pudo para conseguir coger la manzana. Debajo de él Jack, con un pequeño cuchillo logro gravar una cruz en el tronco del árbol y así el Demonio quedo aprisionado otra vez.
Jack O'Lantern y el Demonio |
-Debes prometerme que no cogerás nunca mi alma para llevártela contigo al infierno, sino estarás prisionero para siempre.
El Demonio lo prometió y volvió al infierno ideando planes de venganza.
Hasta que un dia Jack murió.
-¿Donde voy ahora? pensaba Jack. Al cielo no puedo, no he sido una buena persona y seguro que no me aceptaran. LLamo entonces a la puerta del infierno. La puerta se abrió, y el Demonio en persona apareció bajo el umbral.
-Ah eres tu Jack, ¿que quieres?
-Déjame entrar te lo suplico, no tengo otro sitio donde ir.
-¡Oh!, lo siento muchisimo, pero una promesa es una promesa, ¿recuerdas?
-Pero... si no puedo estar aquí, y no puedo ir al cielo, ¿ a donde voy? dijo Jack mirando la profunda y escalofriante oscuridad que le rodeaba.
-Querido Jack, lo siento, eso es problema tuyo.
-¿Me puedes dar al menos una pequeña luz que me ilumine el camino?
El Demonio le lanzo un tizón encendido, lo empujo fuera y cerro la puerta saboreando al fin su venganza.
Jack cogió de su bolsillo un nabo (que hacia con un nabo en el bolsillo nadie lo sabe) lo agujereo y metió dentro el tizón encendido, y con esta linterna improvisada inicio su eterno camino a la búsqueda de un lugar donde reposar.
Como curiosidad contaros el paso del tiempo la tradición cambio el nabo por la calabaza, la razón es que los inmigrantes irlandeses en Estados Unidos no pudieron continuar su costumbre de tallar nabos en Halloween, la razón es el exorbitado precio que tenían los nabos en Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios de XX, por lo que comenzaron a tallar calabazas que tenían un precio mucho mas asequible.
Calabaza con murciélagos de Halloween |
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